Me impulso
me ondeo caricia
y luego desvío tu voz
a veces este tajo en mi pecho
esconde un nuevo laberinto
y yo me pierdo de ti
profunda noche ojos de hambre
no me resisto si es tu ausencia
la que me llama poema boca coño
y luego descubro a las manos tironeándome el pelo
para deshacerme los nudos de cordura
soy la ida por el Risperdal que me huele a ti
me tiemblo tal que lluvia
aguada fiebre nido
todas estas alondras tatuadas en la nuca
fueron tus miedos alcanzán
Suceden por la boca teatros de hambre
entreactos poéticos
la herida valiente en tiempos heréticos
como ternura y calambre
alumbrado animal en noches de feria
boqueando por la acera de la locura
toda la frágil hermosura
en los días de histeria
¿cómo no hacer amor drogao' que anida
mientras actores otoñando la huida
en este traje de danzas y luces?
¿qué es la carne sino partos de cruces
donde violencia es este abrir de fauces
para morirnos de vida?
—¿No me tienes miedo?
Una voz, grave y aterciopelada, vibró de pronto en la habitación. Ella, sentada al borde de la cama, levantó ligeramente la cabeza y atisbó en la profunda oscuridad reinante con una mirada cansada, envejecida.
—No.
—¿No?
—… Hoy, no.
No le hizo falta verlo para saber que había esbozado una sonrisa tras escuchar aquello.
—Así que hoy no…
Notaba cerca su presencia.
—¿A qué se debe tu visita esta noche? —preguntó, distraída.
—Tenía ganas de verte.
—Oh.
—¿Qué?
—Nada…
Esta vez, la que sonrió fue ella. Él emitió una risita entonc
Toda vía una brecha en la huida
como si el tren fuera a alguna parte y a ninguna
y luego la mudez llagada y arcada
y se descubriera el silencio malpariendo a gritos
qué hacer con la desgraciada madre psicótica y hambrienta
porque de manicomios están llenas las heridas
y de caladas frescas las estaciones vacías
la incertidumbre animal de no saber donde caerse muerta
el útero un pozo seco y el fuego que se desaparece
el miedo una criaturita de ojos tristes para los valientes
después una carta poética rondando su sien como el suicidio
y se abriera una colmena de horrores y homicidi
Soy toda inmensidad
el mundo se me parece a la palabra exilio
escribo con manos de loca arqueada y unto mi baba
sobre la belleza más obscena el nido de mi pubis
ahora amamanto la tristeza leyendo al Stendhal
y grito unas lágrimas y me creo cruel y sola
con Nagasaki pronunciándome barbarie
y yo mirada frágil a la busca de un cuchillo
me libre las venas y me saje el alma hasta el humo
perdón madre mi lengua brama la arcada demencial
y yo sólo aspiro el aire que cago por la boca
como dolorcitos insonoros y huecos
me abro a suicidios me hago distancia aparte
&
Es senket sich der Morgendunst
auf kahle, graue Wälder.
Es schleichen in des Tages Gunst
Geister über Felder.
Wolkenmassen grau am Himmel,
Sonne im Zenit.
Regen prasselt auf die Dächer,
singt sein dunkles Lied.
Geister heulen schaurig laut
in winzigen Verstecken.
Dunkelheit nie wieder taut,
steckt in allen Ecken.
Dunkles Schwarz wie and´res keins.
Viel zu schnell die Nacht anbricht.
Eulen flink wie Schattengeister,
drückend kalt im Dämmerlicht.
Y será noche
y se hará urgencia
y caerán tus manos
como las losas de los cementerios
ahí apagada tu voz
un animal muerto en el asfalto
deambulando sobre autopistas oscuras
sin más compañía que la de tu perra sombra
quizá un parto de traumas
en lo hondo de la caída
con la ceguera aún por máscara
sabedora de la trágica suerte de la carne
carne prostituida por caricias rotas
y verás de no ver
y lloverás tanto amor
ancha la ternura y pálida del asco.
Wo höre ich auf?
Und wo beginnst du?
Schwer zu unterscheiden,
Hab mich so oft verkauft
Schenke mich nun
Dir, um bei dir zu bleiben.
Nicht halten,
Was Flügel hat,
Denn er kehrt wieder,
Wenn er liebt, in einer kalten
Unerbittlichen Winternacht,
Wird er da sein, im Fieber
Liebt er dich,
Nimm ihn an, dein Glück,
Mach dich frei,
Misstraue nicht,
Die Schatten kehren nicht zurück,
Wenn er bleibt.
Ich war ein Wrack
Und er hat den Schatz geborgen
Ans Licht gebracht was ich vergraben
Mich gerettet aus meiner Nacht
Gezeigt, was ich vor mir selbst verborgen,
Zurückgegeben, was sie mir nahmen.
Dices la soledad
una colección de ruidos
(todo es torrente de vacío
el gesto mintiendo a lo puro
y la ciudad neón para borrachos y filósofos)
insectos devorándote
por los huecos donde asoman
tus hijos no natos y caídos
como si caer fuera vislumbrar belleza
y belleza una esquina de nostalgias
bien puta es la que hemorragia el poema
y vierte todos sus daños en un
mundo aún por incendiarse
y luego silencio
para vivir en los límites perdidos de un abandono
¿Qué harás con el fuego?
Es sangre y se hace latido
el que versa las carencias
poeta de heridas ausencias
tan eterno el daño hundido
e instante animal hendido
suspira en pulmón abierto
la ojera y silencio yerto
y se fiebre carne en él
y se arcada a pesar de él
por poemas donde antes muerto.